El origen del talento.
Publicado por jmvicedo el martes, 1 de diciembre de 2009 a las 12:15 a. m..
Diversos estudios encaminados a aportar algo de luz sobre el origen del extraordinario rendimiento de aquellas personas a las que normalmente etiquetamos como “talentosas” han comenzado a llegar a conclusiones realmente interesantes. Tradicionalmente se presuponía que quienes muestran un gran talento en alguna área, tenían en cierto modo algún don que les predisponía para ello. Y aunque en un pequeño porcentaje de casos es así, nada más lejos de la realidad.
Algunas conclusiones de estos estudios son realmente reveladoras:
-El máximo nivel de rendimiento es adquirido a través de la experiencia, y para lograrlo la práctica constante es el factor más importante. En la mayoría de los casos no tienen nada que ver factores como habilidades innatas o genéticamente transmitidas.
-Los “test de aptitud” son capaces de predecir bien el rendimiento a corto plazo, pero cuando se trata de predecir el desempeño a largo plazo no logran ser fiables generalmente.
-La relación entre la “inteligencia” y el “rendimiento excepcional” es sorprendentemente baja en la gran mayoría de campos y áreas.
-Determinadas condiciones ambientales y la influencia de los padres, por encima de habilidades innatas, son los elementos fundamentales del inicio de la práctica y como consecuencia de la maestría y el talento.
-Los adultos tienden a rendir a un nivel muy lejano de su máximo potencial incluso en actividades que llevan a cabo con frecuencia. Se ha demostrado que con la práctica orientada adecuadamente y la motivación necesaria, un adulto puede generar mejoras en su rendimiento de enorme magnitud.
-Una explicación de porqué una gran mayoría de adultos ni siquiera se acercan a lo que sería su máximo potencial está basada en tres puntos: no saber como dirigir un programa de mejora, tener otras muchas mejoras que realizar, no tener interés suficiente en mejorar, o una combinación entre estos tres factores.
En definitiva, el origen del talento en la mayoría de los casos hay que buscarlo en un esfuerzo dirigido y constante durante un largo periodo de tiempo. Es esa práctica constante y enfoque continuado en hacer cada vez mejor y mejor las cosas la que termina desembocando en el máximo rendimiento.
Lo que ocurre es que muchas veces es más fácil decir que tal o cual persona tienen habilidades innatas para algo, en lugar de reconocer que han estado años esforzándose día tras día para alcanzar su maestría. Tal vez ha llegado el momento de dejar a un lado las excusas y ponerse en acción…
© 2009 JOSE MARIA VICEDO
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