Miedo a tu propia sombra
Publicado por jmvicedo el jueves, 26 de noviembre de 2009 a las 10:19 a. m..
Bucéfalo era el nombre del famoso caballo al que solo Alejandro Magno era capaz de montar. Se cuenta que muchos habían intentado montarlo, pero el caballo se deshacía de ellos rápidamente con bruscos movimientos hasta hacerles caer abruptamente desde su grupa.
Cuentan las leyendas que Alejandro Magno observó con atención al caballo y sus reacciones, hasta llegar a comprender el motivo de su comportamiento. Entonces, colocó al caballo con sus ojos mirando en la dirección del sol y lo montó decididamente espoleándolo con viveza. Bucéfalo arrancó con brusquedad, pero poco a poco Alejandro lo fue atemperando mientras lo mantenían en todo momento encarado hacia el sol.
Lo que le ocurría a aquel animal, como bien comprendió Alejandro Magno a través de su aguda observación, era que tenía miedo de su propia sombra. Al verla, creía que era algo peligroso y reaccionaba en consecuencia de manera brusca y violenta. Manteniéndolo en dirección al sol, consiguió fácilmente que el caballo se enfocase simplemente en avanzar y disfrutar de su trote, sin ningún temor. Bucéfalo iba ganando confianza en cada instante, y una vez acostumbrado, ya nunca más volvió a temer y se convirtió en un caballo magnífico.
Este es un relato que me parece fascinante y encuentro comparable lo que le sucedía a Bucéfalo con lo que le sucede a miles de personas durante sus vidas. Igual que aquel caballo tenía miedo de su propia sombra, muchas personas permiten que sus miedos les paralicen a la hora de perseguir sus sueños. No se dan cuenta de que tal vez lo único que necesitan es mirar decididamente hacia delante, en la dirección de sus sueños, para encontrar en ellos la energía y la pasión necesaria para dejar de una vez por todas sus temores atrás.
Cuando una persona enfoca en sus sueños las sombras comienzan a disiparse. Cuando se empieza a tener fe en el futuro, comienza a aparecer la fuerza en el presente. Cuando uno mira hacia la luz, es imposible que pueda ver la oscuridad. Un único rayo de luz es capaz de vencer la mayor de las oscuridades.
Recordemos esa historia de Bucéfalo cada vez que algún temor nos asalte y nos paralice en el avance hacia nuestros sueños. Encaremos con determinación nuestra mirada hacia el sol, y pronto descubriremos igual que hizo aquel caballo, que cuando las sobras desaparecen comenzamos a tener la libertad de demostrar en su plenitud nuestra verdadera naturaleza.
© 2009 JOSE MARIA VICEDO
Cuentan las leyendas que Alejandro Magno observó con atención al caballo y sus reacciones, hasta llegar a comprender el motivo de su comportamiento. Entonces, colocó al caballo con sus ojos mirando en la dirección del sol y lo montó decididamente espoleándolo con viveza. Bucéfalo arrancó con brusquedad, pero poco a poco Alejandro lo fue atemperando mientras lo mantenían en todo momento encarado hacia el sol.
Lo que le ocurría a aquel animal, como bien comprendió Alejandro Magno a través de su aguda observación, era que tenía miedo de su propia sombra. Al verla, creía que era algo peligroso y reaccionaba en consecuencia de manera brusca y violenta. Manteniéndolo en dirección al sol, consiguió fácilmente que el caballo se enfocase simplemente en avanzar y disfrutar de su trote, sin ningún temor. Bucéfalo iba ganando confianza en cada instante, y una vez acostumbrado, ya nunca más volvió a temer y se convirtió en un caballo magnífico.
Este es un relato que me parece fascinante y encuentro comparable lo que le sucedía a Bucéfalo con lo que le sucede a miles de personas durante sus vidas. Igual que aquel caballo tenía miedo de su propia sombra, muchas personas permiten que sus miedos les paralicen a la hora de perseguir sus sueños. No se dan cuenta de que tal vez lo único que necesitan es mirar decididamente hacia delante, en la dirección de sus sueños, para encontrar en ellos la energía y la pasión necesaria para dejar de una vez por todas sus temores atrás.
Cuando una persona enfoca en sus sueños las sombras comienzan a disiparse. Cuando se empieza a tener fe en el futuro, comienza a aparecer la fuerza en el presente. Cuando uno mira hacia la luz, es imposible que pueda ver la oscuridad. Un único rayo de luz es capaz de vencer la mayor de las oscuridades.
Recordemos esa historia de Bucéfalo cada vez que algún temor nos asalte y nos paralice en el avance hacia nuestros sueños. Encaremos con determinación nuestra mirada hacia el sol, y pronto descubriremos igual que hizo aquel caballo, que cuando las sobras desaparecen comenzamos a tener la libertad de demostrar en su plenitud nuestra verdadera naturaleza.
© 2009 JOSE MARIA VICEDO
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