10 Pasos para convertir un gran objetivo en realidad durante el próximo año (Parte 4)
Publicado por jmvicedo el domingo, 27 de diciembre de 2009 a las 2:02 a. m..
6.-Traza un plan de acción en el que aparezcan las etapas que tendrás que recorrer para convertir el objetivo en realidad.
El logro de tu objetivo es el punto de destino. Pero para llegar hasta allí vas a tener que cubrir una serie de etapas. Y ese es el siguiente paso que debes emprender. Lo ideal es determinar donde quieres estar dentro de un año, y empezar a marcas etapas desde ese punto hasta el día de hoy. ¿Dónde tendrás que estar dentro de 11 meses? ¿Y dentro de 10? ¿Y de 9?... Y así progresivamente hasta haber desglosado tu objetivo en sucesivas etapas que empezarán a partir de este momento.
Puedes establecer tu plan con tanto detalle como creas necesario. Hay personas a las que les encanta que sus planes sean súper detallados y precisos, llegando incluso a afinar sus etapas en forma de días e incluso de horas. Otras personas prefieren elaborar planes mucho más superfluos y flexibles.
Cualquiera que sea el método que tu elijas, estará bien. Lo realmente importante es tener una “hoja de ruta” que te indique todas las etapas que tendrás que recorrer y que te vaya guiando paso a paso hacia tu objetivo. Ese plan básicamente te va a servir para darte cuenta de si estas orientando tus esfuerzos en la dirección correcta y si te mueves a la velocidad adecuada. Además, esas etapas que has definido son en si mismo pequeños objetivos que te retarán y te impulsarán a la acción. Podemos decir que lo que hemos hecho con este proceso es dividir nuestro gran objetivo en “bocados” que nos podamos llevar a la boca con el tamaño adecuado para poder masticarlos.
Una vez tengas bien marcadas las etapas, lo único que te resta por hacer es marcar una lista de tareas para alcanzar cada una de esas etapas.
Y obviamente este proceso ha de estar plasmado por escrito. Esto es tremendamente importante, porque el simple hecho de escribir te ayudará por un lado a ser muy claro y por otro a no auto engañarte cuando las cosas se pongan difíciles y pretendas rebajar el nivel de tu objetivo. Si eso ocurre, allí estará tu plan de acción para recordarte que es lo que realmente querías lograr.
7.-Reserva tiempo para tu plan de acción. Compromete esos espacios de tiempo con tu objetivo.
Este es el punto en el que todo comienza a tomar forma. Es en el preciso instante en el que cogemos esa primera lista de tareas correspondiente a la primera etapa de nuestro plan de acción, y le asignamos un momento específico de tiempo en el que nos dedicaremos a realizarla. Cuando vinculas un trozo de tu tiempo a una tarea concreta y te comprometes a ello, es cuando de verdad todo el proceso comienza a materializarse. Es cuando siguiendo tu plan, estableces que el lunes de 7 a 8 de la mañana realizarás tu tabla de ejercicios. Siendo específico de ese modo es cuando todo el proceso comienza a materializarse.
Con ese compromiso de tu tiempo ligado a tareas específicas es cuando de verdad estás avanzando hacia la realización de tu objetivo. Mientras no existe ese compromiso de utilizar un determinado bloque de tiempo para un tarea específica, estás únicamente en el mundo de los sueños y las ilusiones. Pero cuando este proceso se comienza a desencadenar, habrás pasado a comenzar a crear realidades. Y es a través de esa acción planificada y consistente como los grandes objetivos terminan por hacerse realidad.
© 2009 JOSE MARIA VICEDO
El logro de tu objetivo es el punto de destino. Pero para llegar hasta allí vas a tener que cubrir una serie de etapas. Y ese es el siguiente paso que debes emprender. Lo ideal es determinar donde quieres estar dentro de un año, y empezar a marcas etapas desde ese punto hasta el día de hoy. ¿Dónde tendrás que estar dentro de 11 meses? ¿Y dentro de 10? ¿Y de 9?... Y así progresivamente hasta haber desglosado tu objetivo en sucesivas etapas que empezarán a partir de este momento.
Puedes establecer tu plan con tanto detalle como creas necesario. Hay personas a las que les encanta que sus planes sean súper detallados y precisos, llegando incluso a afinar sus etapas en forma de días e incluso de horas. Otras personas prefieren elaborar planes mucho más superfluos y flexibles.
Cualquiera que sea el método que tu elijas, estará bien. Lo realmente importante es tener una “hoja de ruta” que te indique todas las etapas que tendrás que recorrer y que te vaya guiando paso a paso hacia tu objetivo. Ese plan básicamente te va a servir para darte cuenta de si estas orientando tus esfuerzos en la dirección correcta y si te mueves a la velocidad adecuada. Además, esas etapas que has definido son en si mismo pequeños objetivos que te retarán y te impulsarán a la acción. Podemos decir que lo que hemos hecho con este proceso es dividir nuestro gran objetivo en “bocados” que nos podamos llevar a la boca con el tamaño adecuado para poder masticarlos.
Una vez tengas bien marcadas las etapas, lo único que te resta por hacer es marcar una lista de tareas para alcanzar cada una de esas etapas.
Y obviamente este proceso ha de estar plasmado por escrito. Esto es tremendamente importante, porque el simple hecho de escribir te ayudará por un lado a ser muy claro y por otro a no auto engañarte cuando las cosas se pongan difíciles y pretendas rebajar el nivel de tu objetivo. Si eso ocurre, allí estará tu plan de acción para recordarte que es lo que realmente querías lograr.
7.-Reserva tiempo para tu plan de acción. Compromete esos espacios de tiempo con tu objetivo.
Este es el punto en el que todo comienza a tomar forma. Es en el preciso instante en el que cogemos esa primera lista de tareas correspondiente a la primera etapa de nuestro plan de acción, y le asignamos un momento específico de tiempo en el que nos dedicaremos a realizarla. Cuando vinculas un trozo de tu tiempo a una tarea concreta y te comprometes a ello, es cuando de verdad todo el proceso comienza a materializarse. Es cuando siguiendo tu plan, estableces que el lunes de 7 a 8 de la mañana realizarás tu tabla de ejercicios. Siendo específico de ese modo es cuando todo el proceso comienza a materializarse.
Con ese compromiso de tu tiempo ligado a tareas específicas es cuando de verdad estás avanzando hacia la realización de tu objetivo. Mientras no existe ese compromiso de utilizar un determinado bloque de tiempo para un tarea específica, estás únicamente en el mundo de los sueños y las ilusiones. Pero cuando este proceso se comienza a desencadenar, habrás pasado a comenzar a crear realidades. Y es a través de esa acción planificada y consistente como los grandes objetivos terminan por hacerse realidad.
© 2009 JOSE MARIA VICEDO
http://www.clubsuperacion.com