10 Pasos para convertir un gran objetivo en realidad durante el próximo año (Parte 3)
Publicado por jmvicedo el jueves, 24 de diciembre de 2009 a las 12:22 a. m..
5.-Crea una visualización poderosa en la que ya aparezca el objetivo como una realidad en tu vida.
Sin duda, una de las herramientas más poderosas a nuestra disposición para empezar a cristalizar nuestros objetivos es desatar el poder de la visualización con alta intensidad emocional. Se trata de una técnica realmente sencilla, que consiste básicamente en crear una película mental en la que nos veamos a nosotros mismos tal y como si ese objetivo que perseguimos fuese ya una realidad en nuestra vida.
Para que realmente la técnica sea efectiva has de crear una visualización lo más intensa posible, en la que intervengan todos los sentidos. Has de recrearte vívidamente en lo que verás, escucharás y sentirás una vez ese objetivo esté materializado. De este modo lo que estás haciendo es enviar señales muy claras a tu cerebro y a tu sistema nervioso de que es exactamente lo que deseas conseguir. Y nunca olvides que nuestro cerebro necesita de direcciones precisas para poner en juego todo su potencial. Con tu visualización le estás dando precisamente eso, una dirección muy clara de que es lo que quieres que persiga.
Con estas visualizaciones vas a conseguir un objetivo fundamental: que tu mente comience a creerse que tu puedes conseguir ese objetivo. Y eso te llevará a generar las actitudes, confianza y recursos necesarios para ser la clase de persona que logra esa clase de objetivo. Pero has de tener en cuenta que para que realmente sean efectivas las visualizaciones necesitarás un par de requisitos importantes:
En primer lugar, las visualizaciones han de repetirse consistentemente a lo largo del tiempo. De nada sirve hacerlas de forma esporádica. Se necesita una continuidad. Lo ideal es tomar un tiempo para recrear mentalmente la visualización de tu objetivo al menos tres veces al día. Los mejores momentos son sin duda nada más levantarte, a mitad de tu jornada y justo antes de acostarte. De este modo comenzarás y terminarás cada día en un estado mental de enfoque total en tu objetivo. Y eso te ayudará a generar una motivación tremenda.
En segundo lugar, la visualización no ha de mostrarte tu objetivo como si fuese una película que le está sucediendo a un personaje. Mentalmente tienes que crear tu visualización tal y como si estuvieses viendo en ese momento con tus propios ojos el logro de ese objetivo. Por ejemplo, supongamos que tu objetivo es ayudar a una determinada persona económicamente. Tu visualización podría incluir un fragmento en el que coges un talonario de cheques y comienzas a rellenar con tu bolígrafo la cifra. Sientes como se desliza el trazo, el olor a tinta, el tacto del papel,… Como al terminar de rellenarlo te embarga una sensación de alegría. A continuación ves como llegas donde está esa persona y como le entregas el cheque. Puedes ver su cara de sorpresa, que pronto se transforma en una expresión increíble de agradecimiento… Y así continuarías con el máximo detalle sensorial posible completando tu visualización.
Es muy fácil saber si realmente se ha hecho bien una visualización por como te sientes una vez has terminado. Cuando se visualiza el logro de un objetivo verdaderamente anhelado tal y como si ya fuese una realidad en tu vida, te embargará una emoción indescriptible. Realmente la mente humana no diferencia una experiencia real e algo imaginado vividamente. Ese es el increíble poder que tienes en tus manos mediante las visualizaciones.
Así pues, ¡manos a la obra! Empieza a crear una visualización poderosa e intensa de ese objetivo que has seleccionado para el próximo año, y comienza a experimentar de primera mano el increíble poder de esta apasionante técnica.
Sin duda, una de las herramientas más poderosas a nuestra disposición para empezar a cristalizar nuestros objetivos es desatar el poder de la visualización con alta intensidad emocional. Se trata de una técnica realmente sencilla, que consiste básicamente en crear una película mental en la que nos veamos a nosotros mismos tal y como si ese objetivo que perseguimos fuese ya una realidad en nuestra vida.
Para que realmente la técnica sea efectiva has de crear una visualización lo más intensa posible, en la que intervengan todos los sentidos. Has de recrearte vívidamente en lo que verás, escucharás y sentirás una vez ese objetivo esté materializado. De este modo lo que estás haciendo es enviar señales muy claras a tu cerebro y a tu sistema nervioso de que es exactamente lo que deseas conseguir. Y nunca olvides que nuestro cerebro necesita de direcciones precisas para poner en juego todo su potencial. Con tu visualización le estás dando precisamente eso, una dirección muy clara de que es lo que quieres que persiga.
Con estas visualizaciones vas a conseguir un objetivo fundamental: que tu mente comience a creerse que tu puedes conseguir ese objetivo. Y eso te llevará a generar las actitudes, confianza y recursos necesarios para ser la clase de persona que logra esa clase de objetivo. Pero has de tener en cuenta que para que realmente sean efectivas las visualizaciones necesitarás un par de requisitos importantes:
En primer lugar, las visualizaciones han de repetirse consistentemente a lo largo del tiempo. De nada sirve hacerlas de forma esporádica. Se necesita una continuidad. Lo ideal es tomar un tiempo para recrear mentalmente la visualización de tu objetivo al menos tres veces al día. Los mejores momentos son sin duda nada más levantarte, a mitad de tu jornada y justo antes de acostarte. De este modo comenzarás y terminarás cada día en un estado mental de enfoque total en tu objetivo. Y eso te ayudará a generar una motivación tremenda.
En segundo lugar, la visualización no ha de mostrarte tu objetivo como si fuese una película que le está sucediendo a un personaje. Mentalmente tienes que crear tu visualización tal y como si estuvieses viendo en ese momento con tus propios ojos el logro de ese objetivo. Por ejemplo, supongamos que tu objetivo es ayudar a una determinada persona económicamente. Tu visualización podría incluir un fragmento en el que coges un talonario de cheques y comienzas a rellenar con tu bolígrafo la cifra. Sientes como se desliza el trazo, el olor a tinta, el tacto del papel,… Como al terminar de rellenarlo te embarga una sensación de alegría. A continuación ves como llegas donde está esa persona y como le entregas el cheque. Puedes ver su cara de sorpresa, que pronto se transforma en una expresión increíble de agradecimiento… Y así continuarías con el máximo detalle sensorial posible completando tu visualización.
Es muy fácil saber si realmente se ha hecho bien una visualización por como te sientes una vez has terminado. Cuando se visualiza el logro de un objetivo verdaderamente anhelado tal y como si ya fuese una realidad en tu vida, te embargará una emoción indescriptible. Realmente la mente humana no diferencia una experiencia real e algo imaginado vividamente. Ese es el increíble poder que tienes en tus manos mediante las visualizaciones.
Así pues, ¡manos a la obra! Empieza a crear una visualización poderosa e intensa de ese objetivo que has seleccionado para el próximo año, y comienza a experimentar de primera mano el increíble poder de esta apasionante técnica.
En el próximo artículo, continuaremos con las siguientes etapas de este apasionante proceso...
© 2009 JOSE MARIA VICEDO
http://www.clubsuperacion.com
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