Las estaciones de la vida.
Publicado por jmvicedo el sábado, 19 de noviembre de 2005 a las 11:39 a. m..
Igual que en la naturaleza no siempre es verano y no siempre es invierno, ocurre con nuestra vida. En ocasiones cuando las cosas no están saliendo como deseamos tendemos a pensar que las cosas seguirán así indefinidamente. Esto nos resta recursos y nos aboca a un estado de falta de motivación. No caigas en este error. Ninguna noche es eterna, y ninguna estación dura para siempre. Toma conciencia de que si haces todo lo necesario van a llegar mejores momentos a tu vida.
Sucede lo mismo a la inversa. Cuando todo parece estar funcionando a las mil maravillas, tendemos a relajarnos pensando que ya “hemos llegado”. Este es también un grave error, ya que esos son los mejores momentos para prepararnos frente a posibles etapas menos favorables. Utiliza los momentos dulces de la vida para abastecerte de recursos que serán necesarios si llega un momento de dificultad.
Con esta filosofía de comprender que las estaciones no son eternas, tendremos mayores garantías de estar preparados y seremos capaces de comprender en toda su magnitud que nuestra realidad hoy, no significa que vayamos a seguir igual en el futuro.
Recuerda, tu pasado no es igual a tu futuro, a menos que te empeñes en seguir viviendo en el.
© 2005 JOSE MARIA VICEDO
WWW.CLUBSUPERACION.COM
Sucede lo mismo a la inversa. Cuando todo parece estar funcionando a las mil maravillas, tendemos a relajarnos pensando que ya “hemos llegado”. Este es también un grave error, ya que esos son los mejores momentos para prepararnos frente a posibles etapas menos favorables. Utiliza los momentos dulces de la vida para abastecerte de recursos que serán necesarios si llega un momento de dificultad.
Con esta filosofía de comprender que las estaciones no son eternas, tendremos mayores garantías de estar preparados y seremos capaces de comprender en toda su magnitud que nuestra realidad hoy, no significa que vayamos a seguir igual en el futuro.
Recuerda, tu pasado no es igual a tu futuro, a menos que te empeñes en seguir viviendo en el.
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