Todo lo que se desee mejorar, ha de ser medido y controlado con frecuencia.

Es un hecho que todo aquello que controlamos con relativa frecuencia tiene muchas más probabilidades de realizarse correctamente.
Cuando queramos garantizar que algo se haga, chequeemos frecuentemente que lo estamos haciendo. Tener una simple hoja de control en la que marquemos cada una de esas revisiones implicará que tengamos controlado nuestro avance.
Si quieres implementar cualquier tipo de cambio o mejora, o simplemente garantizarte que algo se haga, no existe mejor camino que ir controlando periódicamente que ese "algo" se está haciendo. Esto tiene especial relevancia cuando se desea implantar un nuevo hábito. Al principio es fundamental que establezcamos un mecanismo de control para asegurarnos de que efectivamente lo estamos implementando. Puede ser un control diario, cada varias horas, cada hora, o incluso al principio cada cinco minutos si es necesario. Ese simple proceso te permitirá mantener un rumbo correcto y corregir lo necesario mientras el cambio va sucediendo.

Nunca lo olvides: la mejor forma para garantizar que algo se haga correctamente es medir con frecuencia el avance.

© 2006 JOSE MARIA VICEDO
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