Los dos caminos.

-“Dos caminos se bifurcaban en un bosque, y yo, tome el menos transitado de los dos, y eso fue lo que cambió todo.”
-Robert Frost

Permíteme contarte una pequeña historia con el propósito de ilustrar lo que les ocurre a muchas personas en sus vidas. Yo le llamo la historia de los dos caminos.

Dos muchachos que avanzaban por una camino, llegaron a un punto en el que el camino de bifurcaba en dos.

De las dos opciones de camino que aparecieron ante ellos, el primero era muy similar al camino que habían recorrido hasta ese momento. Se mantenía más o menos el mismo tipo de terreno liso y la vegetación era muy similar a la que habían ido encontrando durante su recorrido hasta ese instante.

El segundo camino sin embargo mostraba un aspecto muy diferente, hasta el punto de que en los metros que podían ver desde donde se encontraban, el camino empezaba a elevarse significativamente, y el suelo se llenaba de obstáculos y rocas. Sin lugar a dudas, aparentemente era un camino más difícil de recorrer. El tipo de vegetación que allí se apreciaba también era muy diferente a la de la parte del camino que ya habían recorrido.

Los dos muchachos se miraron el uno al otro y empezaron a comentar lo que a cada uno les parecía que debían hacer. El primer muchacho, que se llamaba "Conformista", argumentaba que mejor sería que continuasen por el camino que era igual al que habían recorrido hasta entonces. Ya conocían el tipo de terreno, la vegetación que encontrarían y lo recorrerían sin el menor problema.

Pero el segundo muchacho, llamado "Soñador", no estaba para nada de acuerdo. Argumentaba que sería fantástico poder descubrir nuevos paisajes y horizontes, poner a prueba su capacidad de superación, vivir una nueva aventura. Decía que si tenían la habilidad de trepar y escalar tal vez sería porque había un propósito en ello.

Conformista empezó a decirle que si estaba loco, que si no veía que un camino era facilísimo de recorrer y del otro ni siquiera se veía más allá de los primeros metros. Se tendrían que enfrentar a lo desconocido, tendrían que esforzarse mucho más para avanzar.
Soñador le dijo que eso era cierto, pero que si seguían esa opción cómoda, lo único que les esperaba era más de lo mismo. El nuevo camino les ofrecía la posibilidad de conseguir algo nuevo, de explorar sus habilidades…

Finalmente no se pusieron de acuerdo, y decidieron que cada uno seguiría uno de los caminos.

Pronto Conformista, que había elegido el camino aparentemente sencillo, comenzó a aburrirse. Cada metro recorrido era un copia del anterior. Era un camino cómodo de recorrer, pero no le aportaba nada especial. Simplemente eran cientos y cientos de metros todos iguales. Conformista empezó a sentirse cansado, aquella rutina continua había hecho mella en su estado de ánimo. Seguir viendo cada instante lo mismo no le inspiraba. No estaba dando mil pasos, sino un mismo paso mil veces. Pronto una desoladora sensación de rutina se apoderó de él, y tuvo la clara sensación de que tal vez hubiese merecido la pena el riesgo de elegir aquella otra opción.

Soñador, al iniciar el camino que había elegido, se encontró con unos primeros metros realmente difíciles de recorrer. Habían aparecido unos cuantos obstáculos que tuvo que salvar y que requirieron de él su máxima entrega y esfuerzo. Pero una vez superó aquellos obstáculos iniciales, empezaron a parecer ante el paisajes que jamás antes había visto. Aquello le llenaba de entusiasmo y energía. Cada metro del camino suponía un nuevo descubrimiento, y aunque estaba cansado por el esfuerzo, se sentía más feliz de lo que nunca se había sentido. Con su avance se estaba demostrando a si mismo en cada instante que podía lograr más de lo que pensaba, que realmente había merecido la pena el riesgo que había tomado, que aquello realmente le hacía crecer y ser mejor. Llegó un punto en el que se detuvo un instante para recobrar fuerzas y saborear todo lo que había avanzado. A su alrededor el paisaje era absolutamente maravilloso. Desde la altura en la que se encontraba pudo ver el punto en el que el camino se había bifurcado, y vio como el otro camino se extendía hasta que se perdía la vista exactamente igual que cuando empezaba. Y se alegro tremendamente de haber tenido el coraje de elegir aquel camino, el menos transitado.


Es una simple historia, pero creo que refleja una realidad que millones de personas viven día a día en sus vidas por no tener el coraje de creer en sus sueños y su potencial…

© 2009 JOSE MARIA VICEDO

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