Alcanzando maestría en tus relaciones con los demás.
Publicado por jmvicedo el martes, 11 de enero de 2005 a las 10:06 a. m..
¿Cuál es la clave para crear relaciones verdaderamente efectivas con los demás? La mejor forma de hacerlo es creando o descubriendo cosas en común en un proceso al que llamamos armonización o reflejo. Esto puede hacerse de múltiples formas. Puedes reflejar intereses como un estilo de vestir o una afición similar. También puedes buscar asociaciones, por ejemplo tener amistades parecidas; y también puedes reflejar creencias. Estas son maneras muy simples de crear amistades o relaciones.
Se tiende a creer que el modo más común de conectar con los demás es a través de un intercambio verbal de información, sin embargo, muchos estudios han demostrado que sólo un 10% de la comunicación entre las personas se da a través de las palabras. El 35% proviene del tono de voz. Pero donde está la clave es en el restante 55%, que es el lenguaje corporal que utilizamos al comunicarnos. La expresión facial, los gestos y los movimientos de la persona que está transmitiendo una comunicación revelan mucho más que las palabras en sí mismas. Esto explica porque en muchas ocasiones, a pesar de estar escuchando algo, tenemos la certeza de que quien lo dice nos está mintiendo. No son las palabras, es el modo de decirlas (el tono, la fisiología) lo que te hace dudar de lo que dice.
Si simplemente nos enfocamos en las palabras, estamos desaprovechando los medios más eficaces que tenemos a nuestra disposición para comunicarnos con los demás. Uno de los mejores medios para lograr una relación es reflejando o creando una fisiología común con la otra persona. Si se reflejan los patrones de respiración, las posturas, los tonos de voz y los gestos de los demás, es posible lograr una profunda relación con ellos en cuestión de minutos. Personas que no te conozcan, confiarán rápidamente en tí sin el menor temor. Por lo tanto, si puedes establecer una relación sólo mediante las palabras, piensa en lo increíble que sería si unieras la fisiología. Mientras que las palabras trabajan en la parte consciente de la mente de una persona, la fisiología trabaja en la parte inconsciente, creando una atracción y un lazo de unión tremendo ya que es mucho más eficaz.
Pero ¿Cómo se hace esto? ¿Cómo podemos reflejar la fisiología de otra persona? ¿Qué clase de rasgos físicos debemos reflejar? Un buen lugar para comenzar es la voz. Refleja el tono, el ritmo, las pausas y el volumen. Refleja algunas de las palabras que utilice y sus frases favoritas. También la postura que mantenga y el patrón de respiración, sus miradas, sus expresiones faciales, los gestos que hace con las manos o con la cabeza. Cualquier aspecto de la fisiología puede ser reflejado. Quizás todo esto pueda sonar ridículo al principio. Pero, ¿Te has parado alguna vez a observar a dos personas que estén teniendo una conversación en perfecta sintonía? Si te fijas detenidamente observarás que se están reflejando uno a otro. Posiblemente mantengan sus brazos o sus piernas en la misma posición, tengan inclinadas de igual modo sus cabezas, y respiren al mismo ritmo, entre otras muchas similitudes. ¿Qué pasaría si pudieras reflejar a otra persona por completo? ¿Sabes que ocurre en esos casos? La gente siente que ha encontrado su alma gemela, alguien que le comprende, que puede leer sus sentimientos más profundos, alguien que es exactamente igual que él. Pero no es necesario reflejar a una persona completamente para conseguir un estado de relación con ella. Simplemente comenzando con el tono de su voz o con las expresiones faciales, puedes aprender a construir una relación sólida con cualquiera.
Te lanzo el reto de intentar este sencillo procedimiento a lo largo de los próximos 7 días. Practica reflejando a personas con las que pases algún tiempo, y enfócate en ir reflejando su tono de voz, su ritmo, sus gestos y su postura, su forma de respirar, sus expresiones faciales y sus expresiones favoritas. Descubrirás que estas personas comienzan a sentirse más cercanas a ti, a la vez que tu logras comunicarte de una manera mucho más efectiva y con mayor facilidad.
Si logras convertirte en un gran observador y eres flexible, alcanzarás una gran maestría en el arte de las relaciones interpersonales. Y lograr este objetivo es haber dado un paso de gigante en el avance hacia tus mayores sueños y aspiraciones.
© 2005 JOSE MARIA VICEDO
Se tiende a creer que el modo más común de conectar con los demás es a través de un intercambio verbal de información, sin embargo, muchos estudios han demostrado que sólo un 10% de la comunicación entre las personas se da a través de las palabras. El 35% proviene del tono de voz. Pero donde está la clave es en el restante 55%, que es el lenguaje corporal que utilizamos al comunicarnos. La expresión facial, los gestos y los movimientos de la persona que está transmitiendo una comunicación revelan mucho más que las palabras en sí mismas. Esto explica porque en muchas ocasiones, a pesar de estar escuchando algo, tenemos la certeza de que quien lo dice nos está mintiendo. No son las palabras, es el modo de decirlas (el tono, la fisiología) lo que te hace dudar de lo que dice.
Si simplemente nos enfocamos en las palabras, estamos desaprovechando los medios más eficaces que tenemos a nuestra disposición para comunicarnos con los demás. Uno de los mejores medios para lograr una relación es reflejando o creando una fisiología común con la otra persona. Si se reflejan los patrones de respiración, las posturas, los tonos de voz y los gestos de los demás, es posible lograr una profunda relación con ellos en cuestión de minutos. Personas que no te conozcan, confiarán rápidamente en tí sin el menor temor. Por lo tanto, si puedes establecer una relación sólo mediante las palabras, piensa en lo increíble que sería si unieras la fisiología. Mientras que las palabras trabajan en la parte consciente de la mente de una persona, la fisiología trabaja en la parte inconsciente, creando una atracción y un lazo de unión tremendo ya que es mucho más eficaz.
Pero ¿Cómo se hace esto? ¿Cómo podemos reflejar la fisiología de otra persona? ¿Qué clase de rasgos físicos debemos reflejar? Un buen lugar para comenzar es la voz. Refleja el tono, el ritmo, las pausas y el volumen. Refleja algunas de las palabras que utilice y sus frases favoritas. También la postura que mantenga y el patrón de respiración, sus miradas, sus expresiones faciales, los gestos que hace con las manos o con la cabeza. Cualquier aspecto de la fisiología puede ser reflejado. Quizás todo esto pueda sonar ridículo al principio. Pero, ¿Te has parado alguna vez a observar a dos personas que estén teniendo una conversación en perfecta sintonía? Si te fijas detenidamente observarás que se están reflejando uno a otro. Posiblemente mantengan sus brazos o sus piernas en la misma posición, tengan inclinadas de igual modo sus cabezas, y respiren al mismo ritmo, entre otras muchas similitudes. ¿Qué pasaría si pudieras reflejar a otra persona por completo? ¿Sabes que ocurre en esos casos? La gente siente que ha encontrado su alma gemela, alguien que le comprende, que puede leer sus sentimientos más profundos, alguien que es exactamente igual que él. Pero no es necesario reflejar a una persona completamente para conseguir un estado de relación con ella. Simplemente comenzando con el tono de su voz o con las expresiones faciales, puedes aprender a construir una relación sólida con cualquiera.
Te lanzo el reto de intentar este sencillo procedimiento a lo largo de los próximos 7 días. Practica reflejando a personas con las que pases algún tiempo, y enfócate en ir reflejando su tono de voz, su ritmo, sus gestos y su postura, su forma de respirar, sus expresiones faciales y sus expresiones favoritas. Descubrirás que estas personas comienzan a sentirse más cercanas a ti, a la vez que tu logras comunicarte de una manera mucho más efectiva y con mayor facilidad.
Si logras convertirte en un gran observador y eres flexible, alcanzarás una gran maestría en el arte de las relaciones interpersonales. Y lograr este objetivo es haber dado un paso de gigante en el avance hacia tus mayores sueños y aspiraciones.
© 2005 JOSE MARIA VICEDO