¡Ha llegado el momento!
Publicado por jmvicedo el jueves, 28 de junio de 2007 a las 10:15 a. m..Me complace presentaros desde estas líneas nuestra nueva web:
www.clubmotivacion.com
Como tienda online especializada en productos de superación personal y motivación, queremos que se convierta en el destino preferido de quienes buscan herramientas que les ayuden en su camino hacia desatar su máximo potencial.
Para ello hemos realizado una cuidadosa selección, en la que prima por encima de todo la calidad.
Allí encontrarás libros, posters, audios, promociones especiales,... exclusivamente de los mejores autores y productores.
Te invito a que visites y disfrutes nuestra nueva página:
www.clubmotivacion.com
¡Porque la vida bien merece que desatemos nuestro máximo potencial!
El ingrediente que a pocos les gusta.
Publicado por jmvicedo el lunes, 25 de junio de 2007 a las 10:49 a. m..
Me hace gracia la historia del muchacho que en cierta ocasión mientras paseaba por un parque se encontró con una de las personas de más éxito de su país. Viendo que aquello suponía una tremenda oportunidad de aprender, se acercó y le preguntó:
-“Señor, admiro profundamente su trayectoria y sus resultados. ¿Podría decirme cuál es la principal razón de su gran éxito”.
El señor amablemente le respondió: -“Sin lugar a dudas muchacho, la razón de mi éxito es el trabajo duro."
Desencantado, el muchacho lanzó de inmediato una segunda pregunta: -“¿Y la segunda razón?”...
Realmente nos produce una sonrisa pensar en la búsqueda del “camino rápido” por parte del muchacho para conseguir grandes resultados. Pero es algo que les sucede a millones de personas. No quieren ver la realidad. Conseguir grandes resultados supone poner todo nuestro potencial en juego. Supone generalmente montones de trabajo duro.
Así pues, hay que formularse la que yo creo que es la pregunta clave:
¿Estoy dispuesto a pagar el precio necesario para lograr la clase de resultados que deseo?
Solo alcanzarás esos resultados si tu respuesta a esta pregunta es un rotundo SI. Un si que denote un compromiso pleno y firme con aquello que más valoras y deseas.
© 2007 JOSE MARIA VICEDO
WWW.CLUBSUPERACION.COM
-“Señor, admiro profundamente su trayectoria y sus resultados. ¿Podría decirme cuál es la principal razón de su gran éxito”.
El señor amablemente le respondió: -“Sin lugar a dudas muchacho, la razón de mi éxito es el trabajo duro."
Desencantado, el muchacho lanzó de inmediato una segunda pregunta: -“¿Y la segunda razón?”...
Realmente nos produce una sonrisa pensar en la búsqueda del “camino rápido” por parte del muchacho para conseguir grandes resultados. Pero es algo que les sucede a millones de personas. No quieren ver la realidad. Conseguir grandes resultados supone poner todo nuestro potencial en juego. Supone generalmente montones de trabajo duro.
Así pues, hay que formularse la que yo creo que es la pregunta clave:
¿Estoy dispuesto a pagar el precio necesario para lograr la clase de resultados que deseo?
Solo alcanzarás esos resultados si tu respuesta a esta pregunta es un rotundo SI. Un si que denote un compromiso pleno y firme con aquello que más valoras y deseas.
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Los 3 pasos para implementar decisiones.
Publicado por jmvicedo el lunes, 18 de junio de 2007 a las 11:14 a. m..
Existen 3 preguntas que pueden ayudarnos increíblemente a la hora de implementar con efectividad nuestras decisiones:
1.-¿Qué quieres conseguir realmente?
La claridad es poder. Esta pregunta ha de ayudarte a definir con la máxima claridad posible que es lo que realmente quieres.
2.-¿Porqué lo quieres? ¿Cuál es el propósito?
Has de establecer porque estás comprometido a obtener ese resultado. Cuando existe un porque poderoso, jamás falta la motivación.
3.-¿Qué has de hacer para lograr que suceda?
Has de trazar un plan de acción que vaya marcándote el camino hasta llegar al resultado.
Así pues, ahí están las 3 grandes claves en todo proceso de decisión:
1.-RESULTADO.
2.-PROPOSITO.
3.-ACCION.
Y como consejo final, nunca termines un proceso de decisión sin emprender al menos una acción de manera inmediata que te ponga en marcha hacia el objetivo.
Una de las grandes claves es comenzar a crear inercia cuanto antes.
© 2007 JOSE MARIA VICEDO
http://www.clubsuperacion.com/
1.-¿Qué quieres conseguir realmente?
La claridad es poder. Esta pregunta ha de ayudarte a definir con la máxima claridad posible que es lo que realmente quieres.
2.-¿Porqué lo quieres? ¿Cuál es el propósito?
Has de establecer porque estás comprometido a obtener ese resultado. Cuando existe un porque poderoso, jamás falta la motivación.
3.-¿Qué has de hacer para lograr que suceda?
Has de trazar un plan de acción que vaya marcándote el camino hasta llegar al resultado.
Así pues, ahí están las 3 grandes claves en todo proceso de decisión:
1.-RESULTADO.
2.-PROPOSITO.
3.-ACCION.
Y como consejo final, nunca termines un proceso de decisión sin emprender al menos una acción de manera inmediata que te ponga en marcha hacia el objetivo.
Una de las grandes claves es comenzar a crear inercia cuanto antes.
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Honestidad con uno mismo.
Publicado por jmvicedo el sábado, 16 de junio de 2007 a las 12:51 p. m..
Nada empieza a mejorar hasta que uno empieza a admitir que algo funciona mal.
Es increíble la cantidad de personas que se ponen una venda en sus ojos y no asumen que para mejorar han de comenzar a cambiar cosas en su vida.
No hay nada que impulse más un proceso de mejora que ser honesto con uno mismo.
Y eso incluye eliminar la estrategia que utilizan muchas personas que es “suavizar” la realidad.
No puedes auto engañarte diciéndote “tengo algo de sobrepeso” si lo que te sobran son 40 kilos.
No puedes auto engañarte diciéndote “Voy un poco retrasado con ese proyecto”si la realidad es que lo has estado posponiendo por más de 2 años.
Y así podría continuar con otros muchos ejemplos...
Cuando uno se sincera y se enfrenta a la verdad, el camino a seguir aparece claro y nítido.
No hay nada como ser honesto con uno mismo.
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Es increíble la cantidad de personas que se ponen una venda en sus ojos y no asumen que para mejorar han de comenzar a cambiar cosas en su vida.
No hay nada que impulse más un proceso de mejora que ser honesto con uno mismo.
Y eso incluye eliminar la estrategia que utilizan muchas personas que es “suavizar” la realidad.
No puedes auto engañarte diciéndote “tengo algo de sobrepeso” si lo que te sobran son 40 kilos.
No puedes auto engañarte diciéndote “Voy un poco retrasado con ese proyecto”si la realidad es que lo has estado posponiendo por más de 2 años.
Y así podría continuar con otros muchos ejemplos...
Cuando uno se sincera y se enfrenta a la verdad, el camino a seguir aparece claro y nítido.
No hay nada como ser honesto con uno mismo.
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Las excusas para posponer.
Publicado por jmvicedo el miércoles, 13 de junio de 2007 a las 11:30 a. m..
La cosa más sencilla del mundo es encontrar una excusa que justifique nuestra falta de acción. Solemos convencernos con facilidad de que no lo hemos hecho porque estamos demasiado cansados, demasiado ocupados, demasiado estresados,.... y la lista podría continuar indefinidamente. ¡Qué fácil es encontrar una excusa cuando nos hace falta justificarnos!
Y por supuesto siempre encontraremos otras cosas que hacer que al menos nos autoengañen haciéndonos parecer ocupados: ordenar la mesa, leer emails, hacer algunas llamadas,... Pero lo que realmente hacemos con esto es evitar hacer lo que realmente deberíamos estar haciendo. ¿Te has preguntado alguna vez porque hacemos esto con tanta frecuencia los seres humanos?Ahí van algunas respuestas y algunas sencillas soluciones.
1.-Si pensamos que un trabajo no será agradable de realizar tendemos a posponerlo.
Es simplemente la naturaleza humana. A muchas personas les gustan las tareas que suponen un reto. Pero no sucede lo mismo con las tareas que etiquetamos como desagradables.
2.-Tendemos a posponer cosas que requieran mucho tiempo para completarse.
Cuanto más pensemos que nos llevará completar una tarea, más fácil resulta encontrar una buena excusa para no hacerla. Los seres humanos tendemos a sobrestimar el tiempo que no llevará realizar tareas que no nos gustan demasiado. Y hacemos lo mismo en el sentido contrario: tendemos a subestimar el tiempo que nos llevará realizar las tareas gratas y agradables. Por ello, siempre solemos anteponer lo agradable a aquello que es más pesado o requiere un mayor esfuerzo.
3.-Cuando creemos que algo es difícil tendemos a posponerlo.
Y no necesariamente esa tarea difícil ha de ser desagradable. Sucede incluso con proyectos que nos entusiasman y nos parecen súper interesantes. Pero si creemos que resultará difícil completarlos, también suele hacer su aparición la postergación. Un buen ejemplo de ello es el llamado “bloqueo” del escritor. Puede que le entusiasme la idea de escribir ese libro, pero el proyecto puede parecerle difícil o desbordante y tender a posponerlo.
4.-El miedo al fracaso es otra gran causa de la postergación.
Una manera de evitar el “fracaso” en algo es simplemente no intentarlo. Pero obviamente esto es una forma temporal de evitarlo, ya que si continuamos con esa dinámica el final será todavía mucho peor: el fracaso definitivo por ni siquiera haberlo intentado.
Generalmente esto les sucede a las personas que toman como algo definitivo el simple hecho de que algo les salga mal. Lo que simplemente es un intento fallido si vuelves a ponerte en marcha, estas personas lo ven como algo definitivo. Pero como decía Thomas Edison, el fracaso no existe. Solo existen resultados que no son los correctos y que son simplemente peldaños en el proceso de lograr el resultado deseado.
Generalmente la postergación lleva asociada sentimientos de culpa porque sabemos que no estamos haciendo lo que deberíamos hacer. Es como estar en cierto modo rompiendo nuestras promesas a nosotros mismos.
Veamos algunas sencillas técnicas que pueden ayudarnos a crear una cierta inercia y romper la postergación:
1.-Visualiza como te sentirás una vez que la tarea este completada.
Enfoca siempre en los resultados a obtener, no el proceso de realización de la tarea. Con el objetivo en mente es mucho más sencillo acceder al estado mental que nos pondrá en movimiento. Visualizar el resultado final y lo que aportará de positivo a nuestra vida enciende la chispa necesaria para motivarnos. Y eso generalmente es suficiente para comenzar a dar al menos los primeros pasos. Y generalmente cuando uno por fin se pone manos a la obra suele descubrir que la tarea era mucho más sencilla e lo que nos habíamos imaginado, de que no era para tanto.
2.-Divide y vencerás.
Cuando un proyecto te parezca por su envergadura tremendamente complejo o complicado, comienza a dividirlo en tantas etapas como necesites para comenzar a sentirte cómodo con el. A mucha gente le puede parecer tremendo tener que escribir 400 páginas. Pero cualquier podríamos escribir con facilidad dos párrafos.
Y una vez hayas establecido un plan de acción a tu medida, comienza a dar esos pasos uno tras otro. Pronto te darás cuenta de que has andado un buen trecho del camino utilizando este simple sistema.
3.-Valora tus “citas” contigo mismo igual que valoras tus citas con los demás.
Es importante respetar esos momentos que planificas para dedicar a las tareas importantes. Establece momentos específicos de tiempo en los que trabajarás en esos proyectos o tareas importantes que has de llevar a cabo. Se específico fijando con claridad cuando comenzará esa cita contigo mismo y a que hora terminará. Fijar esos periodos con el firme compromiso de atenerse después a ellos obra milagros a la hroa de completar cualquier proyecto.
Y por encima de todo toma acción. La acción es lo que finalmente marca la diferencia entre una vida aprovechada al máximo y una vida en la que la máxima final sea “Bien pudo haber sido... y no fue”.
No dejes que la postergación mate tus sueños.
Y si es necesario utiliza el recurso definitivo: Cuando te entren tentaciones de postergar,... POSTERGA LA POSTERGACIÓN ... Y ACTUA. :-)
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Y por supuesto siempre encontraremos otras cosas que hacer que al menos nos autoengañen haciéndonos parecer ocupados: ordenar la mesa, leer emails, hacer algunas llamadas,... Pero lo que realmente hacemos con esto es evitar hacer lo que realmente deberíamos estar haciendo. ¿Te has preguntado alguna vez porque hacemos esto con tanta frecuencia los seres humanos?Ahí van algunas respuestas y algunas sencillas soluciones.
1.-Si pensamos que un trabajo no será agradable de realizar tendemos a posponerlo.
Es simplemente la naturaleza humana. A muchas personas les gustan las tareas que suponen un reto. Pero no sucede lo mismo con las tareas que etiquetamos como desagradables.
2.-Tendemos a posponer cosas que requieran mucho tiempo para completarse.
Cuanto más pensemos que nos llevará completar una tarea, más fácil resulta encontrar una buena excusa para no hacerla. Los seres humanos tendemos a sobrestimar el tiempo que no llevará realizar tareas que no nos gustan demasiado. Y hacemos lo mismo en el sentido contrario: tendemos a subestimar el tiempo que nos llevará realizar las tareas gratas y agradables. Por ello, siempre solemos anteponer lo agradable a aquello que es más pesado o requiere un mayor esfuerzo.
3.-Cuando creemos que algo es difícil tendemos a posponerlo.
Y no necesariamente esa tarea difícil ha de ser desagradable. Sucede incluso con proyectos que nos entusiasman y nos parecen súper interesantes. Pero si creemos que resultará difícil completarlos, también suele hacer su aparición la postergación. Un buen ejemplo de ello es el llamado “bloqueo” del escritor. Puede que le entusiasme la idea de escribir ese libro, pero el proyecto puede parecerle difícil o desbordante y tender a posponerlo.
4.-El miedo al fracaso es otra gran causa de la postergación.
Una manera de evitar el “fracaso” en algo es simplemente no intentarlo. Pero obviamente esto es una forma temporal de evitarlo, ya que si continuamos con esa dinámica el final será todavía mucho peor: el fracaso definitivo por ni siquiera haberlo intentado.
Generalmente esto les sucede a las personas que toman como algo definitivo el simple hecho de que algo les salga mal. Lo que simplemente es un intento fallido si vuelves a ponerte en marcha, estas personas lo ven como algo definitivo. Pero como decía Thomas Edison, el fracaso no existe. Solo existen resultados que no son los correctos y que son simplemente peldaños en el proceso de lograr el resultado deseado.
Generalmente la postergación lleva asociada sentimientos de culpa porque sabemos que no estamos haciendo lo que deberíamos hacer. Es como estar en cierto modo rompiendo nuestras promesas a nosotros mismos.
Veamos algunas sencillas técnicas que pueden ayudarnos a crear una cierta inercia y romper la postergación:
1.-Visualiza como te sentirás una vez que la tarea este completada.
Enfoca siempre en los resultados a obtener, no el proceso de realización de la tarea. Con el objetivo en mente es mucho más sencillo acceder al estado mental que nos pondrá en movimiento. Visualizar el resultado final y lo que aportará de positivo a nuestra vida enciende la chispa necesaria para motivarnos. Y eso generalmente es suficiente para comenzar a dar al menos los primeros pasos. Y generalmente cuando uno por fin se pone manos a la obra suele descubrir que la tarea era mucho más sencilla e lo que nos habíamos imaginado, de que no era para tanto.
2.-Divide y vencerás.
Cuando un proyecto te parezca por su envergadura tremendamente complejo o complicado, comienza a dividirlo en tantas etapas como necesites para comenzar a sentirte cómodo con el. A mucha gente le puede parecer tremendo tener que escribir 400 páginas. Pero cualquier podríamos escribir con facilidad dos párrafos.
Y una vez hayas establecido un plan de acción a tu medida, comienza a dar esos pasos uno tras otro. Pronto te darás cuenta de que has andado un buen trecho del camino utilizando este simple sistema.
3.-Valora tus “citas” contigo mismo igual que valoras tus citas con los demás.
Es importante respetar esos momentos que planificas para dedicar a las tareas importantes. Establece momentos específicos de tiempo en los que trabajarás en esos proyectos o tareas importantes que has de llevar a cabo. Se específico fijando con claridad cuando comenzará esa cita contigo mismo y a que hora terminará. Fijar esos periodos con el firme compromiso de atenerse después a ellos obra milagros a la hroa de completar cualquier proyecto.
Y por encima de todo toma acción. La acción es lo que finalmente marca la diferencia entre una vida aprovechada al máximo y una vida en la que la máxima final sea “Bien pudo haber sido... y no fue”.
No dejes que la postergación mate tus sueños.
Y si es necesario utiliza el recurso definitivo: Cuando te entren tentaciones de postergar,... POSTERGA LA POSTERGACIÓN ... Y ACTUA. :-)
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Cultivando tu futuro.
Publicado por jmvicedo el jueves, 7 de junio de 2007 a las 5:44 p. m..
Siempre me ha parecido una gran comparativa el hecho de asimilar lo que sucede cuando cultivamos la tierra para extraer sus frutos, con el proceso que supone iniciar un programa de mejora continua para “cultivar” nuestro futuro.
Tu tienes la capacidad de hacer crecer tu talento, habilidades y dones. Igual que sucede con el agricultor, tu puedes comenzar a plantar semillas, abonarlas, regarlas y cuidarlas para que terminen ofreciendo frutos extraordinarios en tu futuro.
Toma de una vez la responsabilidad y conviértete en el artífice de tu propio futuro.
¿Qué clase de semillas quieres que florezcan en tu vida?...
Resulta evidente que si plantamos un naranjo, no podemos pretender cosechar piñas.
Pero es precisamente esto lo que les sucede a muchísimas personas. Plantan las semillas equivocadas y se autoengañan pretendiendo que los frutos a obtener sean los que ellos quieren.
No se puede ir contra natura.
Aquello que se siembra se recoge.
A la hora de sembrar ten en cuenta tus habilidades, dones e intereses.
Valora donde están tus fortalezas y cuales son las debilidades que debes pulir.
Y no solo te limites a sembrar.
Continua todo el proceso necesario hasta que esa pequeña semilla se haya convertido en una gran cosecha.
Cuidado y perseverancia.
O dicho de otro modo: motivación y acción.
De manera continua, a lo largo de todas las estaciones.
Cuidando esa cosecha también en los días malos.
Empieza hoy mismo a elegir la clase de semillas que vas a cultivar para que conformen tu cosecha del futuro.
© 2007 JOSE MARIA VICEDO
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Tu tienes la capacidad de hacer crecer tu talento, habilidades y dones. Igual que sucede con el agricultor, tu puedes comenzar a plantar semillas, abonarlas, regarlas y cuidarlas para que terminen ofreciendo frutos extraordinarios en tu futuro.
Toma de una vez la responsabilidad y conviértete en el artífice de tu propio futuro.
¿Qué clase de semillas quieres que florezcan en tu vida?...
Resulta evidente que si plantamos un naranjo, no podemos pretender cosechar piñas.
Pero es precisamente esto lo que les sucede a muchísimas personas. Plantan las semillas equivocadas y se autoengañan pretendiendo que los frutos a obtener sean los que ellos quieren.
No se puede ir contra natura.
Aquello que se siembra se recoge.
A la hora de sembrar ten en cuenta tus habilidades, dones e intereses.
Valora donde están tus fortalezas y cuales son las debilidades que debes pulir.
Y no solo te limites a sembrar.
Continua todo el proceso necesario hasta que esa pequeña semilla se haya convertido en una gran cosecha.
Cuidado y perseverancia.
O dicho de otro modo: motivación y acción.
De manera continua, a lo largo de todas las estaciones.
Cuidando esa cosecha también en los días malos.
Empieza hoy mismo a elegir la clase de semillas que vas a cultivar para que conformen tu cosecha del futuro.
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El cambio sobre como "miramos" las cosas.
Publicado por jmvicedo el miércoles, 6 de junio de 2007 a las 11:21 a. m..
“Cuando cambias la forma en que miras las cosas, las cosas que miras cambian.”
-Wayne Dyer
Esta sencilla frase encierra un principio tremendamente poderoso. Realmente nuestras creencias acerca de lo que creemos o no creemos posible determinan finalmente que hacemos o que no hacemos. En muchas ocasiones son nuestras propias creencias acerca de algo lo que finalmente nos capacita o nos limita a la hora de lograrlo.
Un buen ejercicio es reflexionar por unos instantes acerca de con que frecuencia nos estamos diciendo a nosotros mismos que no podemos lograr algo, que es extremadamente difícil, que no tenemos capacidad suficiente,... y toda esa serie de creencias negativas que no son más que lastre en nuestra capacidad de tomar acción.
Quienes logran grandes resultados miran las cosas de manera diferente, y por eso ven las cosas de manera diferente.
Un simple cambio en nuestra forma de ver las cosas supondrá un cambio radical en nuestra actitud, y como consecuencia un cambio tremendamente positivo en nuestras acciones y resultados.
¿Qué puede hacer por tus resultados simplemente cambiar la forma en que “miras” un proyecto o un objetivo?
¿Qué efecto puede tener en tu actitud simplemente empezar a mirar las cosas de modo mucho más positivo y optimista?
Tal vez ha llegado el momento de quitarse las “gafas” de la negatividad y sustituirlas por las de ver posibilidades.
Y armado con esas gafas, cambiando tu percepción de las cosas, comenzarás a ver el mundo a tu alrededor de manera muy diferente.
Donde antes veías problemas, comenzarás a ver oportunidades disfrazadas.
Donde antes veías negatividad, ahora verás oportunidades para mejorar.
Donde antes veías incapacidad, ahora verás la posibilidad de aprender y crecer...
Y así con todas las cosas importantes de la vida.
Un simple cambio sobre como “miramos” las cosas puede llevarnos literalmente a una nueva vida mucho más plena y satisfactoria.
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-Wayne Dyer
Esta sencilla frase encierra un principio tremendamente poderoso. Realmente nuestras creencias acerca de lo que creemos o no creemos posible determinan finalmente que hacemos o que no hacemos. En muchas ocasiones son nuestras propias creencias acerca de algo lo que finalmente nos capacita o nos limita a la hora de lograrlo.
Un buen ejercicio es reflexionar por unos instantes acerca de con que frecuencia nos estamos diciendo a nosotros mismos que no podemos lograr algo, que es extremadamente difícil, que no tenemos capacidad suficiente,... y toda esa serie de creencias negativas que no son más que lastre en nuestra capacidad de tomar acción.
Quienes logran grandes resultados miran las cosas de manera diferente, y por eso ven las cosas de manera diferente.
Un simple cambio en nuestra forma de ver las cosas supondrá un cambio radical en nuestra actitud, y como consecuencia un cambio tremendamente positivo en nuestras acciones y resultados.
¿Qué puede hacer por tus resultados simplemente cambiar la forma en que “miras” un proyecto o un objetivo?
¿Qué efecto puede tener en tu actitud simplemente empezar a mirar las cosas de modo mucho más positivo y optimista?
Tal vez ha llegado el momento de quitarse las “gafas” de la negatividad y sustituirlas por las de ver posibilidades.
Y armado con esas gafas, cambiando tu percepción de las cosas, comenzarás a ver el mundo a tu alrededor de manera muy diferente.
Donde antes veías problemas, comenzarás a ver oportunidades disfrazadas.
Donde antes veías negatividad, ahora verás oportunidades para mejorar.
Donde antes veías incapacidad, ahora verás la posibilidad de aprender y crecer...
Y así con todas las cosas importantes de la vida.
Un simple cambio sobre como “miramos” las cosas puede llevarnos literalmente a una nueva vida mucho más plena y satisfactoria.
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El momento de la duda.
Publicado por jmvicedo el viernes, 1 de junio de 2007 a las 10:56 a. m..
En todo proceso de persecución de objetivos, siempre existen algunos momentos de duda en los que nuestro compromiso es puesto a prueba. Son momentos que coinciden con dificultades que aparecen en el camino o con giros inesperados de la situación.
Y es precisamente el manejo de esos momentos lo que termina separando a quienes no suelen conseguir sus objetivos de quienes alcanzan sus mayores sueños.
Es necesario tener siempre presente que en todo proceso de consecución de objetivos esos momentos van a aparecer. Y es precisamente esa mentalidad de estar preparado y tener previsto que tendrás que lidiar con esos obstáculos lo que supone finalmente toda la diferencia.
Generalmente la gran mayoría de personas pretenden que su camino hacia sus objetivos sea un camino de rosas. Que todo salga según lo planeado. Que no aparezcan imprevistos... Y obviamente lo único que están consiguiendo con ese planteamiento y actitud es abonar la opción del abandono tan pronto como los primeros obstáculos aparezcan.
Olvídate de esa mentalidad de mediocridad. Conseguir grandes objetivos implica necesariamente tener que enfrentar obstáculos. Y en muchas ocasiones grandes obstáculos. Prepárate para ello. Mantén una actitud de fortaleza y compromiso con tus objetivos. Y cuando lleguen esos momentos de duda, que te garantizo llegarán, estarás preparado para afrontarlos.
Adopta la actitud de los grandes realizadores.
¡En los momentos de duda, la acción requerida es mayor determinación y compromiso!
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Y es precisamente el manejo de esos momentos lo que termina separando a quienes no suelen conseguir sus objetivos de quienes alcanzan sus mayores sueños.
Es necesario tener siempre presente que en todo proceso de consecución de objetivos esos momentos van a aparecer. Y es precisamente esa mentalidad de estar preparado y tener previsto que tendrás que lidiar con esos obstáculos lo que supone finalmente toda la diferencia.
Generalmente la gran mayoría de personas pretenden que su camino hacia sus objetivos sea un camino de rosas. Que todo salga según lo planeado. Que no aparezcan imprevistos... Y obviamente lo único que están consiguiendo con ese planteamiento y actitud es abonar la opción del abandono tan pronto como los primeros obstáculos aparezcan.
Olvídate de esa mentalidad de mediocridad. Conseguir grandes objetivos implica necesariamente tener que enfrentar obstáculos. Y en muchas ocasiones grandes obstáculos. Prepárate para ello. Mantén una actitud de fortaleza y compromiso con tus objetivos. Y cuando lleguen esos momentos de duda, que te garantizo llegarán, estarás preparado para afrontarlos.
Adopta la actitud de los grandes realizadores.
¡En los momentos de duda, la acción requerida es mayor determinación y compromiso!
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